¿Qué tal? ¿Cómo va el asunto del desempleo?
Seguro que no muy bien, digo, creo que aunque se encuentre trabajo, este será una mierda mal remunerada, ya sabes, esos empleos de 5 mil pesos al mes que te invitan a quedarte con la "familia", porque es imposible pagar una renta de digamos: 3,000 pesos y utilizar el resto para sobrevivir, ya ni menciono eso que el hombre masa llama vivir, ya que se vuelve un ejercicio obligado para una imaginación mongólica.
Por mi cuenta, he experimentado un regreso a ese estado de ansiedad generalizada y permanente antes de conseguir el trabajucho de etnógrafo, otra vez con la sudoración excesiva en las manos, horarios de sueño totalmente desorganizados (hoy me dormí a las 8 de la mañana, el miércoles a las 4, el martes a las 6, y así por el estilo), un horario de alimentación también desorganizado, malestar físico, dolores de espalda, de cabeza, episodios de náusea y vértigo, me encuentro muy irritable y me cuesta cada vez más trabajo mostrarme, ya ni siquiera cortés sino neutral en la comunicación con los moradores de la torre de Babel, me esfuerzo, vaya que me esfuerzo, pero no me sale muy bien. Seguro que no tengo absolutamente nada nuevo que agregar a lo que ya sabes sobre el malestar que genera encontrarse en ésta situación, solo te quiero contar algo digno del anecdotario de la estupidez cotidiana:
Hace menos de dos semanas (hace dos lunes) fui a una entrevista de trabajo a una universidad de esas de ínfimo prestigio la: UXX. Acudí a la entrevista para ocupar el puesto de: Prefecto/Coordinador. Me citaron a las ocho de la noche en Av. L. M. cerca de Plaza M., llegué a las 7:50 y tuve que esperar hasta las 8:20 a que me atendiera el director. Por fin me hace pasar a la oficina una secretaria que más que secretaria parecía una edecán del programa de Lalo y Lagrimita con un remedo de traje sastre que se podía confundir perfectamente con un uniforme de vendedora de piso de Samborns. Cuando me asomo a la oficina me recibe un tipo rollizo con cara de bebé y con título de doctor en no sé qué mierdas odontológicas (para que te formes una idea: era muy similar a un Abobo de Double Dragon, pero de gestos afables).
Después de las preguntas rutinarias sobre la experiencia laboral (al parecer les importa un pito de enano sifilítico con Síndrome de Down si cuentas con estudios de posgrado o no), me vomitó toda una letanía de actividades estúpidas a realizar: abrir y cerrar salones, verificar que alumnos y maestros estén en tiempo y sitio correctos, entregar llaves al salir al simio vigilante, entrar a clases y evaluar si los maestros siguen el modelo educativo (el cual según subrayó: "no se limita a lo académico, sino que le damos al alumno una importante educación en valores"), elaboración de horarios cada semestre, trabajo en periodos vacacionales, etc.
Todo esto se tenía que realizar de lunes a viernes de 12 p.m. a 10 p.m. y los sábados de 9 a.m. a 2 p.m. Fue tan extenso en su discurso e insistió en que mi perfil era el adecuado y demás palmaditas en la espalda metafísicas que mencionó que estaba casi seguro que la encargada de recursos humanos no tendría problema en gestionar mi adhesión a la tremenda institución, hasta ahí todo mediocremente bien. Cuando me pregunta: "¿A cuánto ascienden tus necesidades?" y después me interrumpió antes de contestar para mostrarme un programa que utilizan para la elaboración de horarios, cosa a la que presté nula atención, pensando en cuánto les pediría por mis servicios a esos mercaderes de los rechazados por la universidad pública.
Comencé fantaseando con una vida de 8,000 pesos, que supose era lo que quería que dijera, y me dije: "a la mierda son muchas putas horas, además Plaza M. me queda hasta el culo del Diablo, les voy a pedir 12,000...", pero luego entre la basura que me repetía, imaginé que me mandarían al carajo si les pedía esa cantidad, así que pensé en la cifra 9,000, y cuando terminó su perorata administrativa me pregunta nuevamente: ¿entonces cuánto es lo que pides X ? (así, con mi nombre y todo como diciendo: "¿cuánto pides de limosna mi pobre recabrón desempleado?") Y solté: "10,000 pesos ya libres de todas las deducciones e impuestos", Y sin mirarme dijo: "¡Ah! OK, yo creo que eso si lo podemos arreglar", y anotó la cifra: 10,000 en la parte superior en blanco de mi CV, que puso encima de otros CV, cuyas cantidades no pude ver. Al final fue muy amable, dijo que él mismo me llamaría jueves o viernes para avisarme si podía pasar a la siguiente entrevista con la de RH, y pues al final no sucedió, pero en cambio días después si que hubo un cambio, mis pesadillas sobre la muchedumbre queriendo matarme o gente deforme que controla el mundo.
Por fin se dieron un descanso esos personajes montruosos para tomar los roles de presentador de programa de concursos, edecanes y público en en estudio de grabación. Así es, en ésta ocasión yo hacía las veces de concursante de programa de tele abierta con muchas tareas denigrantes y ridículas a las que había que someterse y que no recuerdo bien, pero lo que sí recuerdo es que estaba enojado y el presentador no dejaba de hacer bromas sobre mi ceño fruncido, mientras el público se carcajeaba y pedía: "más". No se que era ese más, pero seguro que era algo relacionado con humillarme aún más.
Una maravilla, una verdadera maravilla. Ya me despido mejor.
En verdad, deseo de manera genuina que no lo pases tan mal amigo, pero desafortunadamente sé que vivimos en un mundo de hechos y no de buenos deseos.
Saludos.
P.D. El premio del concurso era un empelo.