domingo, 25 de diciembre de 2016

Lección decembrina (el juego de las canicas)



A la edad de doce años,  A. aprendió que en su categoría de menesteroso los mejores premios de esa fantasía mongólica denominada vida, estaban ya reservados, pero no para él. Tras unas cuantas faenas humillantes consiguió unas monedas que invirtió en el azar. El azar, que se manifestó en forma del juego de las canicas de la feria, fue categórico en su cátedra: "Tanto en el juego de las canicas, como en la vida misma, los mejores premios son y serán para otros, las baratijas son para ti". Tras la revelación A. desapareció entre la gentuza de feria con la cabeza pesada, el cuerpo vacío y con un  memorama de cartón mal impreso, que en conjunto intentaba representar a Leonardo, Rafael, Miguel Ángel y Donatello. Esa noche A. detestó hasta a sus héroes saurios de nombres renacentistas.

sábado, 24 de diciembre de 2016

La posibilidad, la promesa y la esperanza.

La posibilidad, al sentirse humillada, por carecer del rigor matemático de la probabilidad, escupió sobre en linóleo justo cuando la promesa se paseaba despreocupada frente a ella. La promesa resbaló y cayó sobre la esperanza.  La promesa se rompió y la esperanza se desnucó. Desde entonces la humanidad cree en posibilidades groseras y emite promesas rotas sobre esperanzas muertas.




miércoles, 18 de mayo de 2016

Bebé ejecutivo.


- ¡Hola! Yo soy el bebé ejecutivo. Algunos me conocen como el pinche puto bebé monstuoso y acabo de nacer hace apenas unas semanas.


- Durante la primera semana mostré facultades excepcionales para las finanzas y habilidades innatas para la halterofilia. A los tres días  de nacido ya era CEO de Goldman Sachs  y al cuarto desarrollé unos músculos que hicieron que mi padre se cagara de miedo y huyera de casa.



- Esta guarrilla que ven aquí, era mi madre, ahora solo es un bulto de peluche donde me gusta frotar mis genitales cuando estoy aburrido.


- Aquí estoy yo, comiendo una pieza de niño somalí  preparada con la receta secreta del Coronel Sanders, mientras monto a la vieja.

- Cuando me aburre la utilizo como un cómodo respaldo afelpado o costal de terapia Gestalt. Es muy bueno cuando regreso emputadísimo de la oficina.


- Me encanta dar órdenes a los empleados. Es divertidísimo ver cómo una montaña de hombrecillos mediocres luchan entre sí, con tal de agradarme sin recibir nada substancial a cambio. Para hacer el trabajo más interesante he establecido un dress code de oficina muy mono, en el que todos tienen que portar <<strap-on>> y los que llegan tarde tienen que andar como cuadrúpedos. ¡Jo! Deberían de verlo por ustedes mismos.


- Lo que más disfruto del trabajo es encerrarme en el sauna de mi oficina con Santi,  recostar mi ejecutiva y jovensísima cabeza en su tremenda protuberancia de macho alfa de peluche y soñar a que juego a las escondidas con los cuatro jinetes de la apocalipsis.




martes, 26 de abril de 2016

Abuelitas



Cuando las abuelas no van a misa van al doctor. A veces van a hacer la compra, pero la mayoría de las veces se van al crematorio o al cementerio a rezar por otras abuelas que decidieron instalarse cómodamente en urnas o en féretros (según los gustos o los recursos disponibles). Cuando las abuelas se marchan, los hijos discuten un montón de temas dignos de un debate entre subnormales. Mientras tanto, los nietos van a las camas de las abuelas tratando de entender a dónde se van las abuelas, olfatean como roedores los pliegues de las sábanas, escalan despacio la cama y apoyan sus cabezas contra almohadones centenarios deseando ir a donde se han ido las abuelas. Cuando logran comprender que no volverán, es común escucharlos gritar: "¡regresa de inmediato so puta! y dime qué puta mierda hago yo aquí".

domingo, 24 de abril de 2016

El inconveniente de existir en abril

Abril es el mes más horrible de todo el año. La primavera en pleno cenit, se catapulta como esquirlas que se estrellan en los rostros de los pobres diablos en forma de parejitas insípidas al estilo Bambi; recordándoles que han sido desplazados del mercado erótico afectivo por falta de: juventud, talento o recursos. Con mucha superstición y un error metafísico, se puede dar el caso de que alguna bestia humana le haga una autopsia a las víctimas como un último gesto de cortesía, y como uno de genuina bondad intenten reconstruirlas y contar sus ridículas historias






jueves, 14 de abril de 2016

Problema ético (marketing emergente)

"Para aquellas de vuestras mujeres, que cometan adulterio, convocad a cuatro testigos, si atestiguan en su contra recluidlas en sus casas hasta que mueran o hasta que Allah revele otra sanción."

Sura 4, Aleya 15

"Pero los impíos son como un mar proceloso, que no puede aquietarse y cuyas olas remueven cieno y lodo. No hay paz, dice el Señor, para los impíos."

Isaías, 57:20,21





- ¡Te lo dije! Tu mujer te ha contagiado los granos del vecino.

- Mmm...

- ¿Qué vas a hacer? ¡Semejante afrenta requiere de un castigo ejemplar!

- No lo decido aún, Las posibilidades se presentan en un abanico con alternativas casi innumerables... pero, para fines prácticos, creo que solo resta elegir entre dos:

A. Los mato y luego me mato; porque no pienso darle vueltas al asunto, encerrado en un calabozo el resto de mi vida

ó

B. Subo los videos a los sitios de pornografía, creando así, una nueva tendencia en las búsquedas: "genitales con ETS, pene con chancro, vagina purulenta, rencor, venganza, humillación, ridículo, ocio de calidad, esposa buena onda, esposo jocoso, etc.". Me hago famoso, hago unos millones y me retiro joven para cámara en mano, hacer turismo sexual con fenómenos por todo el mundo. Con las ganancias me retiro a un asilo para ex estrellas del porno y dejo que mimen mis genitales obsoletos hasta que muera. ¡Una jugada maestra! ¿a que sí?

viernes, 8 de abril de 2016

"Abrazos que Salvan" Una campaña humanitaria.


Mutilados, retrasados, enfermos y deformes; un conjunto de seres antes despreciados y humillados abiertamente, gozan hoy de los beneficios de millones de "me gusta" gracias a la adherencia de la masa a las causas humanitarias producto de una moral con tintes progresistas, pero siempre tibia. En la vida no virtual, fuera de los monitores y los videos de discursos <buena onda>, cargados de escenas lastimeras y música emotiva, nadie quiere hacerse cargo de ellos. Resulta mucho más sencillo y gratificante adoptar a un elefante que ayudar a nuestros iguales disminuidos a humanos en fase beta. Si hubiera una genuina intención filantrópica, se llevaría a cabo la campaña: "Abrazos que salvan." Dicha campaña consistiría en abrazar a todos los marginados del mercado erótico afectivo, hasta que pierdan el aliento asfixiados por los potentes, funcionales y cariñosos brazos de sus  benefactores.